El estilo elevado viene de dentro, dice San Agustín



«El estilo de hablar elevadamente se diferencia de un modo especial del moderado, del cual acabamos de hablar, no tanto en que se engalana con adornos de voces, sino en cuanto que es vehemente por los afectos del alma. Ciertamente que admite casi todos aquellos adornos, pero si no los tiene, tampoco los busca. Ya que, llevado de su propio ímpetu, si le sale al encuentro la belleza de la expresión, la arrebata por la fuerza de las cosas, mas no la toma por el afán de adornarse. Le basta para el fin que persigue que las palabras convenientes no se escojan por industria del lenguaje, sino que emanen del ardor del corazón. Si un hombre valeroso se arma con espada dorada y guarnecida de perlas, cuando en el ardor de la lucha hace con aquella espada lo que hace, lo hace no porque sea preciosa, sino porque es espada; él es el mismo y tiene el mismo gran valor cuando por la ira hace dardo de lo que encuentra a mano.»

San Agustín, De Doctrina Christiana

San Agustín justifica la retórica

Sandro_Botticelli_-_St_Augustin_dans_son_cabinet_de_travail

«Como por el arte de la retórica se persuade la verdad y la mentira, ¿quién se atreverá a decir que la verdad debe hallarse inerme en sus defensores contra la mentira, y que, por tanto, los que intentan persuadir falsedades deben saber en el exordio de la oración hacer al oyente benévolo, atento y dócil; y los que exponen la verdad han de ignorarlo? ¿Quién dirá que los que inculcan la mentira han de saber exponerla con brevedad, claridad, verosimilitud, y los otros que cuentan las verdades de tal modo lo han de hacer que produzca hastío el escucharlas, trabajo el entenderlas y por fin repugnancia el adoptarlas? ¿Quien dirá que aquéllos han de rebatir la verdad con falsos argumentos y afianzar la mentira, y éstos no podrán defender la verdad ni refutar los errores? ¿Quién dirá que aquéllos, al hablar moviendo y empujando al error los ánimos de los oyentes, los han de aterrar, contristar, alegrar y exhortar con ardor y éstos, defendiendo la verdad, han de dormitar con languidez y frialdad? ¿Quién será tan insensato que así sienta? Ocupando un puesto medio el arte del discurso y sirviendo en gran manera para persuadir las cosas buenas o las malas, ¿por qué los buenos no se dedican a conseguirle para que sirva a la virtud, cuando los malos le emplean en uso de la iniquidad y del error para defender vanas y perversas causas?»

San Agustín, De Doctrina Christana, libro IV

Agustín de Hipona sobre la oratoria (De Doctrina christiana, libro IV)

Sandro_Botticelli_-_Saint_Augustin_1

San Agustín (354-430), con su libro De Doctrina Christiana, es el principal puente entre la oratoria greco-romana y el cristianismo. En el siglo XVI, Fray Luis de Granada, en su Rhetorica Eclesiastica, cita ámpliamente a San Agustín para justificar el estudio y la aplicación de la retórica clásica por los predicadores cristianos actuales.
Reproducimos aquí el libro cuarto del De Doctrina Christiana, dedicado a la oratoria sagrada:

Sigue leyendo

Aristóteles

2015/02/img_0792.jpg

El hombre es por naturaleza un animal político. (…) El hombre es entre los animales el único que tiene palabra. (…) Pero la palabra está para hacer patente lo provechoso y lo nocivo, lo mismo que lo justo y lo injusto. Y lo propio del hombre con respecto a los demás animales es que él solo tiene la percepción de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto, y la participación común en estas percepciones es lo que constituye la familia y la ciudad.

Aristóteles, Política